Padre Gerard Ouisse, fallece el histórico párroco de La Legua

A los 86 años de edad y con una reconocida trayectoria al servicio de los más necesitados de nuestra Arquidiócesis, falleció el sacerdote Gerard Ouisse. 

El padre Gerard está siendo velado en su querida Parroquia San Cayetano de La Legua, ubicada en  Comandante Riesle 371, Población La Legua, San Joaquín. Allí, por 20 años, sirvió de párroco, dejando un legado imborrable para los vecinos de ese sector de la Zona Sur de Santiago.

Este viernes 20 de septiembre está programada una primera celebración a las 12:30 horas. Luego, a las 18:30 horas, se llevará a cabo un responso a cargo de Mons. Fernando Chomali G., arzobispo de Santiago. Finalmente, a las 20:00 hrs, se efectuará una misa presidida por Mons. Pedro Ossandón, obispo castrense y quien fuera vicario parroquial en La Legua.

Sus funerales se realizarán mañana sábado 21 de septiembre a las 11:00 hrs en la misma parroquia. La ceremonia será presidida por Mons. Fernando Chomali. Su responso y sepultura serán a las 14:00 hrs en el Cementerio Metropolitano en Lo Espejo.

De Nantes a Pedro Aguirre Cerda

El padre Gerard llegó a Chile el 1 de marzo de 1986 y asumió como párroco de San Martín de Porres en la Población José María Caro, donde ejerció 16 años de intenso trabajo social, pastoral y espiritual.

Luego en 2002 fue trasladado a la Parroquia San Cayetano para reemplazar al querido Mariano Puga, el carismático cura obrero que durante años fue el párroco de La Legua.

Gerard Francois Jean Ouisse nació el 17 de septiembre de 1938 en Campbon, cerca de Nantes, en la costa atlántica francesa. Se ordenó sacerdote en 1965. Apenas salió del seminario, su obispo lo envió a una parroquia de un barrio obrero de la ciudad. Tenía 27 años.

En 1969 el obispo decidió enviarlo a trabajar en una fábrica como obrero. “El obispo me convocó y me hizo el anuncio. Me dejó en libertad de aceptar o no la propuesta. Aunque yo pretendía tener más años de sacerdocio antes de hacerlo, finalmente acepté. Me preparé durante un año y luego me fui a buscar trabajo a las fábricas”, contaría luego en una entrevista.

El 1 de marzo de 1986 llegó a Santiago de Chile luego de un acuerdo entre la diócesis de Nantes y la arquidiócesis capitalina.

La idea original era que permaneciera durante 5 años en el país. Y se quedó toda la vida. El año 2009 obtuvo la nacionalidad chilena por gracia. Chile le reconocía su encomiable trabajo por el bienestar de los más necesitados de nuestro país.