Martes 22 de octubre de 2024
Más de 100 personas se certifican para comenzar la Pastoral del Duelo en sus parroquias
Miembros de distintas parroquias de nuestra Arquidiócesis participaron en un curso dictado por el padre Basil Darker, médico y psicólogo camiliano. El objetivo es que estos representantes certificados formen la Pastoral del Duelo en sus respectivos territorios parroquiales.
Periodista: Alejandro Manríquez
El duelo es una respuesta natural y espontánea ante una pérdida. Es un proceso que puede surgir luego de la muerte de un ser querido, pero también por el término de un vínculo afectivo o por una crisis existencial.
La Iglesia, consciente de la profundidad del sufrimiento humano ante la pérdida, ofrece la Pastoral del Duelo como un servicio de acompañamiento, evangelización y acción sanadora.
Con el objetivo de incentivar la formación de esta instancia en las diferentes parroquias de la Arquidiócesis de Santiago, la Vicaría de la Misericordia convocó a un curso de Pastoral del Duelo, dictado por el sacerdote camiliano Basil Darker, médico, psicólogo y experto en la materia.
En este curso, de 12 sesiones, participaron 110 personas de las diferentes zonas la capital quienes recibieron su certificación hoy martes 22 de octubre de manos de monseñor Alberto Lorenzelli, obispo auxiliar y vicario general de la Arquidiócesis de Santiago.
Los alumnos certificados acogerán, a su vez, a otras personas en 12 encuentros que se llevarán a cabo en sus parroquias y en hospitales.
Etapas del duelo
Uno de los aspectos que se trató en el curso dictado por el padre Basil Daker fue el de los 12 pasos para sobrevivir a una pérdida significativa.
Aunque cada persona vive el duelo de manera única, muchos expertos en psicología coinciden en que hay ciertas fases comunes que ayudan a entender y transitar este doloroso proceso: como la negación, la ira y la aceptación, por nombrar algunos.
De acuerdo con el padre Pablo García-Huidobro, vicario de la Misericordia, el curso de Pastoral del Duelo fue de mucha utilidad para aprender y adquirir herramientas para acoger a aquellos hermanos que han estado o están sufriendo una pérdida en sus vidas. “La esperanza y la misericordia entre nosotros ayuda a curar las heridas”, destacó.
“Un gran horizonte de esperanza y misericordia se abre ante nuestros ojos. Muchas gracias a los párrocos que enviaron representantes de sus territorios para capacitarse. Muchas gracias también al padre Basil por su tiempo y compromiso, a Mons. Alberto Lorenzelli por su presencia y apoyo permanente a nuestra vicaría y también a Mons. Fernando Chomali por acogernos y alentarnos en nuestra misión y compromiso con la querida Iglesia de Santiago. Haz Señor de nosotros buenos samaritanos en la vida práctica de cada día”, agregó el vicario de la Misericordia.